Narciso y Eco

Reflexionando sobre la vocación cristiana y en particular sobre la vocación a la alegría del amor, me ha parecido interesante traer a colación un mito griego que ha iluminado este tiempo de nuestra cultura. Se trata del mito de Narciso, aunque más propiamente habría que hablar del mito de Narciso y Eco. Se ha dicho que lo que caracteriza a nuestra cultura es el narcisismo, es decir, ese auto-centramiento que impide ver a los demás y donde todo se remite a sí mismo y a la propia experiencia, como si cada uno fuera la medida de todas las cosas. En algunos casos llega a ser una enfermedad que produce mucho daño, cuando las personas se hacen incapaces de crítica y de trabajo con otros, poniendo sus propios intereses y proyectos por encima de los demás y de cualquier camino común. De algún modo está relacionado también con una cultura donde Dios desaparece o se pone únicamente al servicio de las propias necesidades, olvidando completamente la condición de creatura y el reconocimiento del misterio de Dios.