¿Qué aprendizajes van cosechando en este tiempo?

Estoy viviendo en Argentina hace cuatro años y hoy, 17 de octubre de 2020, que es el día en que se conmemora aquí la lealtad peronista, me pongo a escribir. Cuando comienzo a hablar o a escribir me gusta situarme en el tiempo y en el espacio. Es decir, conectarme con el día y el lugar en el que me encuentro y desde ahí comenzar la reflexión o lo que sea. Yo soy nacido en Chile y vivo en el conurbano bonaerense hace casi cuatro años. En el partido de Merlo, en la localidad de Libertad. Aquí vine como parte de una comunidad religiosa católica que se llama Sagrados Corazones a colaborar en una parroquia llamada San José de Libertad. Es una parroquia no tan extensa en territorio, como lo pueden ser las parroquias campesinas, pero concentra muchísima vida, porque cuenta con 14 capillas, más la sede parroquial y muchas instituciones educativas. Hay una escuela parroquial y, a la vez, seis instituciones conveniadas de educación de adultos. Además abarca una porción grande de la ciudad de Libertad que tiene gran densidad de población en todos sus barrios. Por todo ello podría decir que es un mundo.

Hay personas que mueren a causa de la pobreza. Recordando a nuestra querida Florencia.

Es fácil encerrarse en uno mismo y en las propias cavilaciones olvidándose del mundo entero y de lo que esta realidad nos plantea. De qué manera nos desafía y qué caminos nuevos nos propone. Es complejo.

Una de las situaciones más dolorosas que me ha tocado vivir en este tiempo ha sido la muerte de Florencia, una joven mamá de nuestro barrio. Ella debe haber tenido cerca de treinta años, un poco más o un poco menos, pero ya era mamá de cuatro hijos: Dilan, Priscila, Guadalupe y José, este último, un bebé de no más de cuatro meses. Había nacido hacía poquito cuando ella se enfermó, de una infección muy aguda al páncreas y luchó casi dos meses en el hospital y luego murió.

Don Segundo Sombra

Nuestra indo afro latino América ha producido muchos buenos escritores, algunos de los cuales nos han conectado con las raíces y con todo lo que brota de la tierra, incluida la cultura mestiza que aquí se ha ido fraguando. En la tierra Argentina es conocido el Martín Fierro como parte de la cultura gauchesca llena de sabor y sabiduría, de picardía y agudeza. Entre esa literatura encontramos a Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes. Los críticos afirman que el autor no había logrado tanto éxito con sus primeros escritos, pero hacia el final de su vida, desde Francia, escribe esta obra que expresa la cultura campesina y sobre todo pampeana de la llanura argentina. Con él Güiraldes se inscribió en lo mejor de la literatura iberoamericana ofreciendo una ventana a la experiencia cotidiana del hombre que de a pie o a caballo transcurría sus días bajo el cielo de noche o de día, libre como los pájaros trabajando y sobre todo buscándose la vida.