Cima esquiva,
roca y sendero,
muchos han alcanzado tu cumbre,
con jadeo y resuello,
más, son los que no han llegado.
Robles cubren tu falda,
enrojeciendo el camino, de aroma maderoso.
Junto a quillayes, boldos, peumos y litres.
Hojas suculentas, sombra generosa.
Nuestra tierra. Bendito suelo.
A tus espaldas, otro valle,
nos recibe la palma chilena,
de Ocoa, Hijuelas, La Calera, Quillota.
Te saluda el Aconcagua,
que nos hace hermanos.
Bosques siempre verdes,
mantos de hojas. Fuente de vida.
Habitados por ancestros,
en compañía de tórtolas y perdices, lagartijas y arañas pollito,
zorros culpeo, ratones y zorzales, tucúqueres y aguiluchos.
Juntos bebieron, cuando las aguas cantaban.
En ti la soledad y el silencio son serena compañía.
Te busco y me busco,
te encuentro y me encuentro.
En caminos alfombrados, sombreados, misteriosos.
Aquí. Queriendo, amando, soñando, percibiendo, estando.
En cada paso. Que quiero dar y doy. Me juego la vida.
Campana compañera,
¿Puedo entrar por tus secretos?
Mi piel se vuelve cafesosa,
de crecimiento lento y torpe,
refugio, madriguera, hogar.
Respiro y camino. Despacio.
Cima deseada, con vida,
casa de generaciones.
Mi espíritu se ensancha,
en el portezuelo.
Peumos, boldos, quilas,
quillayes, tebos, arrayanes,
son mis hermanos, mis amigos, mis guardianes.
Campana melodiosa,
tu vida me habla, me llama.
En la tierra, en tus aromas,
en cada hoja.
Invitándome a crecer juntos,
día a día.
Me siento árbol,
bosque,
Matorral, arbusto, brisa,
Polvo, canto, rama…
Hasta pronto…
Espérame en la próxima alborada.
(El Cerro La Campana forma parte de la Cordillera de La Costa que divide lo que en Chile se conoce como la depresión intermedia del litoral, es decir, separa la costa del interior del país, generando con ello diversos microclimas. Este cerro no es el más alto de la Cordillera de la costa, hay dos más altos que son muy cercanos El Roble y Las Viscachas, en todo caso los tres fluctúan entre los 1880 y los 2200 metros de altura. De todos modos la ascensión a La Campana es exigente por el desnivel de altura, ya que se parte de más abajo que en el caso del Roble y además la ascensión a la cumbre se hace por senderos de rocas grandes con bastante inclinación. La Campana forma parte del Parque Nacional La Campana que tiene entradas por Granizo, Cajón Grande en Olmué y Ocoa en Hijuelas. Cada lugar tiene sus propias particularidades y bellezas naturales. El Parque está a cargo de Conaf que ha ido generando infografía y señalizando los senderos. Aprovecho de hacer aquí un reconocimiento a mi abuelo paterno don Álvaro Valenzuela González que junto a Agustín Garaventa, propusieron la ley que finalmente decretó estas tierras como parque Nacional y zona de conservación de la naturaleza. El hecho de que existan lugares como La Campana es indispensable porque nos conectan fuertemente con lo que somos y son lugares que permiten profundizar la ecología humana, es decir, el buen trato con todas la especies naturales con las que convivimos, incluidos, por supuesto, los mismos seres humanos. Estamos llamados a proteger y preservar el medio ambiente, para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Por último agregar que el bosque de nuestra zona central de Chile para muchos no tenga el atractivo de los bosques del sur, porque es un bosque de zonas áridas que logra crecer en las quebradas y en la cara del cerro que no está expuesta al inclemente sol, que conocemos como la cara norte, tierra de cáctus, espinos y chaguales. El punto es que este bosque es generador de humus, protege la tierra y hay especies que son endémicas de esta zona, propias de aquí, únicas, con lo cual merecen nuestro mayor aprecio y cuidado, en aras de la bio-diversidad del planeta y de la riqueza de toda la Creación)