Caminantes
Caminar es el destino
De los que buscan libertad
Impulsados desde adentro
Renuevan vida y amistad
Ahí te acojo y me encuentro
En el silencio y la palabra
En los pasos y las miradas
Que iluminan el alma
Respiro, canto y descanso
Me canso y duermo a porfía
Abro los ojos y sueño
La fiesta del nuevo día
Escucho atento y elijo
Dar otro paso en compañía.
Caminando en silencio
Caminamos escuchando muy adentro
De dos en dos, de uno en uno,
Respiro, ordeno la respiración,
Estoy atento a mí alrededor
Los autos pasan
Algunos saludan
Pero mantenemos el silencio
Ahondamos la comunión
En el silencio,
Algo nos une
Muy adentro
Eterno, imperceptible, maestro
Cada uno en el silencio se abre
A las voces que lleva adentro
Preguntas, respuestas, canciones,
Emociones, recuerdos, sentimientos
Cada uno se asoma al universo
Que bulle sin freno
Uno se enoja y rabea
Otro se alegra y corcovea
Alguno agradece
Otro se entristece
Algo nos une
La paz me invade
Caminando en silencio
Vuelvo a encontrar el centro
Algunas veces solo y muchas en compañía
Hundo mis raíces
En los ríos de la vida…
Como un árbol
Que se nutre,
Camina
Y bendice
Córdoba
Córdoba docta y bella
Labrada en piedras rojizas
Con manos de artesanos
De nuestra américa mestiza
La fe levantó catedrales
Donde santos como Brochero
Con la fuerza de los gauchos
Vivieron un cristianismo sincero
Es una tierra bendecida
Con montañas de dos sierras
Con piedras, árboles y ríos
Habitadas antes de Colón y sus carabelas.
Los que mejor cuentan su historia
Son los que llevan generaciones
Luchando por construir un mundo
Para compartir sin divisiones.
Mateando en las serranías
El mate es buena compañía
Nos congrega, nos reúne,
En la mañana, en la tarde, en la noche.
Todos los días
Corre de mano en mano,
De boca en boca
Mientras la palabra circula
Y se tejen los caminos del alma
Recordando vivencias y
Soñando nuevos comienzos
Preguntando por los tuyos,
Los míos y los nuestros.
Contemplando la naturaleza
Respirando los buenos aires
Mientras las aguas corren
Desde las sierras
Como los conejos y las sirenas
Saltando, bailando, cantando,
Llenando pozas, creando estanques,
Nutriendo árboles y animales.
El mate es americano,
nos recuerda al gaucho
así como al campesino del sur,
amigo y hermano
Es un sacramento de
amaneceres y atardeceres
de encuentros y descansos.
Hoy me senté a matear con una chica
Cuyo bisabuelo era cacique de los comechingones
Que vivían en estas tierras
Mucho antes de que los hijos de Enea y Virgilio
Soñaran con caminarlas… pero en ella
Hay muchas sangres, hay sangre
Criolla e incluso polaca,
Como buen indo, afro, latino americano
Que reconoce todas las sangres
Y que lleva en su pecho herido
La tierra que muchos conquistaron
Hiriendo con el látigo
A quienes les daban de comer en sus manos
Tierra de nuestros padres,
Llena de la fuerza de los volcanes
Que en sus ríos sigue cantando
Lo que amamos entrañables.
Me gusta poetizar cada día
En esta tierra,
aunque nadie nunca lo lea,
esforzarme por sacarle el sumo a la piedra
que encuentro en los caminos
Me gusta poetizar
Cosechando el fruto de la tierra,
Que amo y es madre nuestra,
Quisiera poder hacerlo cada tarde,
Con la destreza de los bardos
Que cantaron las proezas, de nuestros pueblos
Haciendo memoria, llorando y alabando
La gracia que no brilla de balde…
Me gusta poetizar
en el camino y también refugiado
en el silencio de mi catre.
Hoy aprendí que en estos lugares
las personas que atienden les dicen a sus clientes que
si están apurados
mejor vuelvan más tarde…
Me acompaña el silencio
y una brisa suave
que acaricia las hojas
mi piel y las aves.
Amarillea la tarde y cada cosa busca su sitio.
Las aguas están quietas
sorbo el mate,
en esta sierra.